La aparición de las nuevas tecnologías IoT LPWAN, como NB-IoT© y LoRaWAN©, han supuesto una verdadera revolución para los sistemas de telegestión punto a punto de alumbrado, permitiendo el despliegue de los mismos con unos costes de dispositivos (Nodos de control de luminaria) e infraestructura (coste de red LPWAN) realmente bajos, y una calidad de servicio sin precedentes. El coste de instalación de este tipo de sistemas, cuando se hace coincidir con la renovación de las luminarias, es prácticamente inexistente, al tratarse de soluciones Plug & Play.

La utilización combinada de sistemas de control en cuadro y sistemas de control individual de luminarias aporta una serie de beneficios para el municipio, que podemos categorizar según se muestra en la imagen del encabezamiento.

«Los beneficios no operativos que aportan este tipo de sistemas para los municipios y sus ciudadanos, así como la posibilidad de alquilar o utilizar la red de alumbrado (manteniendo las luminarias apagadas durante el día, pero con alimentación) para generar nuevos ingresos, son cuestiones estratégicas cuya importancia para el futuro de cualquier municipio es varios órdenes de magnitud superior a la rentabilidad económica inicial»

Dependiendo de la tipología de instalación, y del uso efectivo que los gestores de alumbrado realicen del sistema de control individual de luminaria, los periodos de retorno de la inversión (ROI) se encuentran entre 3 y 5 años. En los cálculos de este retorno sólo se consideran los beneficios directos cuantificables mencionados anteriormente: ahorro de consumo energético y reducción de costes de mantenimiento. Los beneficios no cuantificables y los aportados por las aplicaciones Smart City, que utilizan como soporte la infraestructura de alumbrado, no ha sido considerados. En estos cálculos, tampoco se ha considerado ningún ingreso adicional por el alquiler de los báculos (postes) de las farolas para aplicaciones como estaciones de recarga de VE, o montaje de antenas 5G.

Es tentador cuantificar económicamente los beneficios no operativos indirectos que pueden ofrecer cualquiera de las aplicaciones Smart City descritas, para las cuales se precisa de un sistema de telegestión individual de luminarias. En particular, no sería difícil estimar cuánto dinero estaría dispuesto a paras un operador de comunicaciones móviles 5G por “alquilar” los báculos de las luminarias para instalar sus nuevas antenas, frente a otras alternativas de despliegue de red mucho más costosas para ellos. Tampoco sería difícil estimar cuánto estaría dispuesta a pagar al municipio una empresa concesionaria de estaciones de recarga de VE, instaladas en las farolas, en lugar de ser instaladas en costosos armarios especiales antivandálicos. Sin embargo, no cederemos a esa tentación, para evitar que el lector pueda percibir una sobreestimación de las cifras. Sin embargo, sí que podemos decir que cualquiera de las aplicaciones mencionadas anteriormente, por sí sola, puede justificar la implantación de un sistema de control de luminaria en cualquier municipio.

Podemos concluir que la inversión en un sistema de telegestión punto a punto de alumbrado, cuando se implanta simultáneamente con la renovación de las luminarias, se amortiza en los primeros años de vida útil de las nuevas luminarias, sólo con los ahorros de consumo de energía y mantenimiento. Sin embargo, los beneficios no operativos que aportan este tipo de sistemas para los municipios y sus ciudadanos, así como la posibilidad de alquilar o utilizar la red de alumbrado (manteniendo las luminarias apagadas durante el día, pero con alimentación) para generar nuevos ingresos, son cuestiones estratégicas cuya importancia para el futuro de cualquier municipio es varios órdenes de magnitud superior a la rentabilidad económica inicial.